Simplemente por su sabor, su aroma y lo bien que nos hace sentir ya merece la pena, pero también encontramos en el chocolate muchas propiedades y efectos saludables en nuestro organismo. Psicológicamente nos reconforta, y físicamente nos proporciona vitaminas, proteínas, ayuda a regular la hipertensión, etc...
Se ha convertido en un elemento muy importante de nuestra alimentación y se ha abierto paso en tratamientos terapeúticos y de salud y belleza, como la chocolaterapia o la cosmética.
Contiene teobromina, la fenetilamina y la cafeína, sustancias que incrementan la atención y el estado de alerta, lo que conlleva un incremento del rendimiento mental, por lo que resulta tremendamente estimulante.
Una
barra típica de chocolate amargo suele contener 50 miligramos de
flavonoides, sustancia que depura el organismo de sustancias tóxicas, convirtiéndolo en una fuente de antioxidantes.
Actúa como reductor de la presión arterial y de los niveles de colesterol.
Un estudio
realizado por la Universidad de Harvard a 7 mil 800 pacientes,
determinó que los consumidores de chocolate vivían una mayor cantidad de
años que los que no lo hacían, porque lo que nos ayuda a conseguir mayor longevidad.
El chocolate, en dosis moderadas, modifica la serotonina, sustancia que provoca la depresión, lo que lo convierte en un antidepresivo natural.
Y por último, el doctor David Lewis de Mind Lab hizo un estudio que dio
como resultado que el chocolate derretido en la lengua es mejor que un
beso apasionado, lo que lo hace tremendamente afrodisíaco.
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